En su casa de Madrid realizaba continuas tertulias con grandes personalidades, siempre al rededor de un buen plato de jamón de Trevélez, creando así una auténtica red de influencias, recomendaciones y favores.
D. Natalio Rivas (Albuñol, 1865 - Madrid, 1958) es una de las personalidades más conocidas de toda la Alpujarra. Fue el diputado que más proyectos consiguió para su comarca y para toda la provincia. Y todo gracias, en parte, a su elaborada política de “favores y recomendaciones por jamones”.
La política española de finales del Siglo XIX, durante la denominada Restauración borbónica, estuvo marcada por la alternancia en el poder entre el partido Conservador de Cánovas del Castillo, y el partido Liberal de Mateo Sagasta. A este último pertenecía el alpujarreño Natalio Rivas cuando en 1901 fue elegido diputado a Cortes por Órgiva, cargo electo que desempeñaría de forma ininterrumpida durante sucesivas legislaturas hasta 1923, como no podía ser de otro modo, gracias al voto fiel de sus paisanos.
Esto no impidió que también detentara los más diversos cargos de mayor o menor importancia, difíciles de enumerar, entre los que destacan Director General de Comercio, Presidente del Ateneo de Madrid y Miembro de la Academia de la Historia, varias subsecretarías y un ministerio entre los años de 1919 y 1920, el de Instrucción Pública y Bellas Artes. Durante la Segunda República obtuvo en la Elecciones de 1936 el cargo de Diputado en Cortes por Granada y en la Dictadura franquista ocuparía sucesivas veces un cargo de Procurador en Cortes.
Esta prolongada y fructífera vida política de Don Natalio estuvo siempre amparada por una inigualable brillantez en el entorno de las relaciones sociales, recabando apoyos políticos con la sagacidad de un hábil estratega, pero también dispensando abierta e ininterrumpidamente favores personales entre sus paisanos, cuyo voto necesariamente habría de recabar. Un carácter afable y sagaz le destacaba entre sus correligionarios políticos de la capital y le capacitaba con las más sutiles armas de la persuasión también entre las filas de sus opositores políticos, a quienes sabría obsequiar, cuando fuera el caso, con un apetitoso jamón de Trevélez, su mejor argumento como invitación a la reflexión y la empatía.
Natalio Rivas pasó a convertirse en el núcleo de una compleja trama de favores orientada al desarrollo de una política de fomento local, paternalista, hacia sus congéneres alpujarreños, lo que eliminaría cualquier tipo de competencia política y le aseguraría una continuidad en su escaño.
No cabe duda de que los mejores perniles de la Alpujarra colaboraron al desarrollo de una sofisticada red de favores politicos e influencias, enalteciendo el carácter carismático de Don Natalio hasta el punto de registrar sus maquinaciones por escrito en los conocidos Libros de favores, donde anotaba datos precisos sobre recomendaciones, solicitudes y concesiones personales. Su residencia en la Calle de Velázquez de Madrid, sería conocida como Consulado General de la Alpujarra, y su espléndido sótano como el jamonal, holgado depósito para alojar cientos de los mejores perniles de su tierra natal.
Su hija Concha cortaría en casa las finísimas lonchas de jamón que presentaba de forma ostentosa en bandejas de oro y plata. Siempre se servía el sabroso manjar en su mesa, invariablemente dispuesta a los amigos, jefes de gobierno, ministros, diputados, distinguiendo el jamón de Trevélez como alimento indispensable de la más alta política de la nación, pasando así a formar parte de nuestra historia y adquiriendo por ello, de forma honorable, el sobrenombre de jamón de la concordia.
Homenaje en Granada a Natalio Rivas
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El Grupo de Desarrollo Rural de la Alpujarra-Sierra Nevada de Granada quiso contribuir a la divulgación de este político e historiador con la publicación de un libro biográfico: Natalio Rivas y la Alpujarra, escrito por el catedrático Juan Gonzalez Blasco. Una gran edición con más de 2000 fotografías y 774 páginas (y unos cinco kilos de peso). Sin duda la obra más extensa y completa sobre la vida de este ilustre alpujarreño impulsor de nuestra comarca y de toda Granada:
"Natalio Rivas restauró la Basílica de San Jerónimo de Granada, creó el Museo Arqueológico y de Bellas Artes en la Casa de Castril, impulsó la construcción de la Gran Vía de Colón y el Instituto General Técnico (el actual Instituto Padre Suarez), fundó la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios, también de Granada. Además, y entre otras cosas, consiguió que se restaurara el patrimonio eclesiástico destruido durante la contienda civil y que se crearan escuelas rurales en la Alpujarra. Asimismo, fundó la Facultad de Farmacia de Granada, compró los solares para el Hospital Clínico e impulsó la carretera de la Sierra. Como diputado, presidente de la Diputación de Granada o ministro. siempre trató de incrementar las infraestructuras y carreteras de la Alpujarra". (Fuente: Diario Ideal)
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