La fama de las excelencias del jamón de Trevélez surgió a partir de un galardón concedido por la Reina Isabel II en 1862 y que hace mención a un sello que se vino usando para marcar las piezas a la venta durante gran parte de los siglos XIX y XX.
JAMÓN DE MARCA REAL
Viajeros, escritores, historiadores, cronistas, y un largo etc., vienen a coincidir en el hecho de que la verdadera fama de las excelencias del jamón de Trevélez surgió a partir de un galardón concedido por la Reina Isabel II en 1862 y que hace mención a un sello que se vino usando para marcar las piezas a la venta durante gran parte de los siglos XIX y XX.
La Exposición Provincial de Bellas Artes, Industria y Agricultura, se celebró en el Convento de Santo Domingo de Granada, en 1862. Allí se pretendía mostrar los productos locales más sobresalientes en los distintos sectores de la industria y la agricultura locales.
El sello parece ser el resultado de una decisión personal por parte de la Reina y estaba destinado a grabar a tinta los jamones de origen alpujarreño, con el propósito de protegerlos de falsificaciones, dado el excelente nivel de calidad alcanzado a través de su elaboración artesanal.
No cabe duda que este galardón colaboró al surgimiento de una verdadera leyenda entorno al Jamón de Trevélez en cuanto al arte culinario se refiere. El estampado borbónico sobre la corteza de los jamones, junto a la tradición oral y escrita entorno a su significación, impulsaron su gran acogida y reconocimiento.
Junto a una segunda estampación homologada por el Ayuntamiento, de forma oval entorno a una «T» de Trevélez, ambos sellos se imprimirían de manera conjunta y de forma controlada por las instituciones locales, prácticamente hasta la aparición a finales del siglo XX de una nueva normativa a través del Consejo Regulador de la Denominación Específica «Jamón de Trevélez».
El sello de la reina permanece en la marca Indicación Geográfica Protegida (IGP) Jamón de Trevélez.
LA PRIMERA DENOMINACIÓN DE ORIGEN DEL MUNDO
La imparable fama del Jamón de Trevélez a lo largo de todo el siglo XIX contrastaba con una producción muy escasa; las falsificaciones no tardarían en aparecer, por lo que el consistorio local se vería obligado a promulgar un edicto que incluyera una normativa básica que asegurase el valor en el mercado de las piezas. Por lo tanto, el jamón de Trevélez cuenta desde finales del XIX con el amparo de sucesivos edictos municipales, destinados a velar por su prestigio, calidad y originalidad.
“Don Antonio Aragón López, alcalde constitucional de Trevélez,
Hago saber: Que siguiendo la costumbre de años anteriores y con el fin de evitar
las falsificaciones que pudiera caber con el sello que acredita el premio concedido á los
jamones de este pueblo por S.M. la Reina en la exposición celebrada en Granada en el
mes de Octubre de 1862, y con el fin también de que no se engañe a ningún individuo que quiera comer el legítimo y codiciado manjar del jamón de esta localidad, y de facilitar los medios de adquisición auténtica, esta alcaldía encargada en velar por la nombrada fama de los mismos, he acordado publicar el presente, haciendo las advertencias siguientes:
1ª Cualquiera individuo que no tenga conocimientos con persona en esta
localidad y desee adquirir los auténticos y legítimos jamones de este pueblo, puede
dirigirse á esta alcaldía sin reparo alguno, haciendo el pedido que necesite y le será
servido á todo el que acompañe su importe, sin cargarle en cuenta nada más que el precio que tengan en esta localidad, el costo de envase y el de trasporte desde aquí á la estación más cercana.
2ª Los jamones irán sellados todos con el que acredita el premio concedido á los
mismos por S.M. la Reina en la referida exposición.
3ª A todo pedido acompañará un certificado de origen, sellado y firmado por esta
alcaldía, en el cual se expresará el número de jamones comprados, peso de los mismos,
nombre del comprador, y punto para donde van dirigidos, expidiéndose dicho certificado
gratis para todos y sin distinción de personas.
Lo que se hace saber para general conocimiento.-Trevélez 23 de Marzo de
1901.-Antonio Aragón López.”
LOS EDICTOS DEL JAMÓN
El primero de estos edictos se publicó en 1897 en el Boletín Oficial de la Provincia de Granada. En él se dice que «llevará cada jamón de los que se vendan el sello que acredite el premio concedido por S. M. la Reina y además a cada pedido se facilitará gratis un certificado de esta alcaldía, en el que se hará constar que son legítimos de este pueblo».
Con el tiempo, para evitar el fraude y garantizar la producción, se obligaría a los comerciantes de cualquier punto de España a mostrar cada pieza con su correspondiente certificado de origen.El consistorio local pasó así a convertirse en el primer responsable de una incipiente estructura comercial y de distribución del ya prestigioso jamón de Trevélez.
El Ayuntamiento de Trevélez detentaría durante décadas esta especie de monopolio en el control de una producción creciente, asegurando la excelencia de un producto que habría, tarde o temprano, de conquistar los mercados.
Los consecutivos edictos promulgados por la autoridad local no sólo protegerían la producción sino que ofrecerían los mecanismos para el envío bajo pedido de los escasos jamones, sellados a tinta con el emblema de Isabel II y acompañados de un certificado de origen, lo que daría lugar al establecimiento legal de la más antigua de las Denominaciones de Origen del mundo.
D. Antonio Aragón fue el primer alcalde de Trevélez en crear un edicto sobre el jamón
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